De Tárrega a Fraga



Lunes 2 de febrero de 2009

Volando a ras de suelo …

TARREGA – FRAGA
Kilometros día: 91,18 km.
Tiempo parcial: 5:24:06 h
Velocidad media: 16:88 Km/h
Velocidad Máxima: 46,32 km/h
Kilometros total desde San Pere de Rodes : 428 km
Tiempo total desde Sant Pere de Rodes: 31:27 h.


Hoy he circulado por LA PLANA DE LLEIDA, y ese nombre le viene que ni pintado…plano, plano.

El plano tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Ventajas que no hay subidas, inconvenientes que no hay bajadas…, ja, ja.

No puedes dejar de dar pedales en ningún momento. Pero hoy el terreno jugaba a mi favor, ya que yo normalmente entreno en bicicleta estática y soy muy buen rodador y tengo bastante fondo, por lo que me he acoplado a la bici, me he sentido super agusto y por si no tenia suficiente llevaba «el viento a favor». A veces he cogido medias de más de 20 kilómetros a la hora. La verdad es que me he sentido muy cómodo y la etapa no se me ha hecho nada de pesada. He llegado a Fraga a las 3 y algo de la tarde y eso que al final he aflojado bastante para no llegar demasiado pronto.

Después de Fraga viene una subida muy fuerte y a continuación de la subida, EL DESIERTO DE LOS MONEGROS. No hay nada en mas de 20 kilómetros! Ayer decidí que lo más lejos que podía llegar sería Fraga y aquí estoy :-). Intentar llegar a otro sitio habría sido demasiado…

Pero vamos a contar la etapa por orden cronológico.

Me he levantado temprano y he bajado a desayunar al comedor del albergue. He desayunado muy bien acompañado de «angelitos especiales» pues resulta que el albergue es también una residencia de personas con discapacidad.

Después como es preceptivo en el camino he engrasado bien la bici, la he cargado y he salido ya a pedalear abandonando Tárrega por la carretera general y enseguida he llegado al siguiente pueblo que solo distaba a 1 km y pico. A partir de aquí he pasado pueblecitos y más pueblecitos, y siempre circulando o bien por carreterillas locales o pistas en muy buen estado… y como no!! , siempre llano y además con el viento a favor (he llegado a la conclusión de que el viento era a favor cuando al hacer pipí, mirando en el sentido de donde venía, por poco me lo hecho encima, ja, ja).

La etapa de hoy creo que ha sido 50% de asfalto y 50% de tierra. En muy pocos tramos he encontrado barro y cómo comentaba en todo momento he pedaleado muy suelto y cómodo.

Así a media mañana ya estaba en Lleida y por cierto hasta ese momento el cielo estaba bastante gris pero no llovía. Mi entrada en Lleida ha sido con lluvia un pelín fuerte.

Cuando circulaba por el puente que da acceso a Lleida se me ha acercado un coche en marcha, ha abierto la ventanilla y me ha saludado con un eufórico «buen camino». Se le notaba al conductor que sabia de que se trataba el asunto.

Ya en Lleida he intentado de todas las maneras posibles (tampoco he insistido mucho) subir a la catedral y he descubierto que está muy alta y que prácticamente todos los accesos son por empinadas escaleras, y incluso había hasta ascensores y escaleras mecánicas como en el Corte Inglés! Me he dado unas vueltecillas por una calle muy comercial intentando encontrar algún sitio para subir y finalmente ante tantas dificultades he desistido y me he largado.

Cuando estaba a punto de salir de Lleida raudo y veloz, he visto una churrería con mostrador para servir a la calle y no me lo he pensado dos veces. Cómo un rey me he metido para el cuerpo un buen café con leche calentito y unos churros que me han sabido a gloria. Con la que estaba cayendo, y con el frío qué hacía, ha sido el mejor de los reconstituyentes.

Al abandonar Lleida el camino se pega al río Segre y por un acondicionado carril bici he circulado muchos kilómetros. Allí también la lluvia ha arreciado de lo lindo, pero como no estaba el mayor de mis enemigos (el barro), me ha encantado y ha sido muy bonito pedalear en total soledad y viendo grandes garzas y pájaros de los que desconozco el nombre posados en el río, muy bonito.

Así finalmente he llegado a ALCARRAS donde nada más entrar he pinchado, por lo que en vez de cabrearme me he alegrado profundamente de que fuera en un pueblo y cerca de una gasolinera. Como iba muy rápido y embalado, el pinchazo me ha servido para bajar los humos y relajarme un poco arreglándolo y de paso he picoteado algo y he comprado agua para llenar los botes.

Por esta zona he visto un camión enorme que llevaba cargado encima 3 o 4 vagones de un tranvía nuevo (recién fabricado) de colores vistosos y muy bonitos y que en el lateral ponía «metro de Tenerife». Como no podía ser de otra forma, me he acordado de mi compi Carmelo! Carmelo! Que el metro de Tenerife lo están fabricando los Catalanes .

Ahora ya a partir de aquí afrontaba mi final de etapa y me encaminaba a FRAGA. He circulado paralelo a la autopista, por vías de servicio y así he llegado a un sitio donde han hecho un destrozo enorme y en medio de la nada han creado como una especie de mole de asfalto en lo que parece es la preparación de un gran polígono industrial. Me ha recordado a una pista de aterrizaje de un aeropuerto y he circulado bastante rato por tal descomunal pista, con casi 6 carriles de ancho. Cuando escuchaba un ruido me giraba por si era un avión tomando tierra, ja, ja.

Yo mismo he aterrizado y a partir de aquí he bajado bastante el ritmo y entre otras cosas porqué a partir de aquí ya picaba hacia arriba y al final de la mole de asfalto he tenido que ascender a una montañota que me ha sacado los colores y me ha hecho sudar de lo lindo. Desde arriba ya he visto FRAGA y me he lanzado cuesta abajo raudo y veloz hacia la primera gasolinera que he visto a lavar la bici que la llevaba hecha unos zorros de barro. Las alforjas no se podían ni mirar del barrizal que llevaban encima y en vez de amarillas eran marrones.

La ventaja de tener las alforjas ORTLIEB es que cuando lavo la bici, lavo también las alforjas sin tener que quitarlas ni nada y con estas me he puesto y he estado a punto de cometer la gran cagada del día.

Resulta que la pistola del lavado es de esas que no tienen pulsador y sencillamente hecha agua a presión y punto pelota. Para poder lavar la bici con alforjas estaba apoyada de costado contra una pared y cuando he lavado uno de los lados se ha producido una situación trágico-cómica. Y es que si soltaba la manguera saltaba como una serpiente encabritada y tenia que girar la bici para darle por el otro lado. En esas con una mano la bici y con la otra la manguera, se me ha girado el manillar, se me ha caído la bici por el peso de las alforjas. El cable del desviador delantero ha tirado de él retorciéndolo y metiéndolo contra la rueda y detrás de la cadena, casi lo parte!!

Total que menos mal que era cuesta abajo y he llegado a FRAGA encima de la bici y sin problemas, donde he buscado un taller y un hombre muy simpático me lo ha arreglado en un santiamén.

Nada más entrar a Fraga me he puesto a buscar alojamiento, resulta que aquí no hay albergue y en el primer hostal que hay justo a al pasar el puente le pregunto a la señora si tiene habitación, me dice que solo dobles, le pregunto precio y me dice que 35 euros (un robo) y bastante ariscamente me dice que es lo que hay que las individuales valen 25 pero están ocupadas. Yo pienso, pero só burra, si me cobras individual siempre será mejor que tenerla vacía. Lo que pienso pero sin insultarla se lo digo y ella bastante borde dice que eso es lo que vale. Pues nada a buscar otra cosa.

En un banco que hay al lado me siento y hecho mano de la guía del camino. Miro la primera pensión que sale «pensión Ollés » y llamo. Se pone una chica muy simpática que me dice ella misma que tiene una habitación doble pero que me cobra simple, que son 15 euros y que hay sitio. Pues para allá que me voy!! Resulta ser una pensión digna (solo digna), con restaurante de menú con muy buena pinta (ya lo diré después que aún no he cenado) y con las habitaciones llenas de magrebinos y temporeros. Allí estoy rodeado de gente venida de muy lejos y tan agustito en mi humilde habitación de pensión que tiene justo lo que yo necesito, una cama , una silla y una ventanita con vistas a la carretera.

Y eso ha sido todo por hoy amigos. Hoy he disfrutado mucho del camino y de la soledad. Como he dicho muchas veces, la lluvía no tiene porque ser mala, la lluvia por buen terreno ,sin barro y en medio de la naturaleza es también bonita. Me ha encantado pedalear junto al río en un ambiente tan bonito.

Mañana toca atravesar el desierto! (el de los Monegros ) pero no preocuparse, que es un desiertillo de poca monta y creo que no encontraré ni beduinos, ni tuaregs , ni camellos. Con suerte trás pasarlo encontraré al car-can» de mi amigo Oscar , que me está esperando por la zona de Zaragoza.

Como de costumbre después os pongo las fotos y depende como posiblemente las encotrareis arriba de este articulo antes de leerlo.

Hasta mañana amigos!!

Hoy quiero tener un recuerdo especial para mi compañero del anterior camino «CARMELO» que lo he hechado de menos en alguna de las fases de mis paranoias mentales en pleno camino interior 🙂