De Sant Pere de Rodes a La Cellera de Ter



Martes 24 de julio de 2008

Comienza un nuevo camino

Aún no hace ni dos meses que volví de mi tercer camino (el camino del norte) que realicé en Mayo de 2008 y ahora ya me lanzo a realizar el que será mi cuarto proyecto. El camino de Santiago en su versión catalana.

Normalmente y hasta hace poco el Camino catalán siempre se ha comenzado en el monasterio de Montserrat, pero ahora el departamento de turismo de la Generalitat y las asociaciones de amigos del camino están intentando fomentar el camino en toda la geografía catalana. Por este motivo se está trazando y marcando el camino desde el cabo de Creus y en un lugar mágico que es el monasterio benedictino de SANT PERE DE RODES. Mi idea es realizar en este caso el camino desde el punto más a la derecha posible de la geografía española para intentar llegar al punto más a la izquierda posible «el cabo de Finisterre». Así este camino será el camino de «cabo a cabo». Del Mediterráneo al Atlántico.

Como yo vivo en Lloret de Mar, provincia de Girona y a escasos 100 kms de distancia de este inicio del camino, en una zona bastante equidistante entre Sant Pere de Rodes y Montserrat, mi idea es realizar los tramos cercanos a mi casa en días sueltos (fines de semana y festivos ) para volver siempre a mi casa a dormir. De esta manera realizaré estos tramos ahora y luego en Mayo del año que viene, ya realizaré el camino del tirón y seguido desde Montserrat hasta Santiago.

Ahora me dedicaré en salidas domingueras a hacer el recorrido que va desde Sant Pere de Rodes a Montserrat. Iré cargado con mis alforjas, con mi ropa oficial de bicigrino, con mi cámara de fotos, con mi credencial. Buscaré mis sellitos y disfrutaré del recorrido y sus gentes todo lo que pueda y más.

Así pues ahora por etapas sueltas y puntuales inauguro mi cuarto camino de Santiago en bicicleta y me lanzo ya a mi cuarto sueño…

El día 24 de Julio, día de Santa Cristina (festividad local en mi lugar de residencia (Lloret de Mar)), aprovecho esta oportunidad y me lanzo ya oficialmente a que el camino pase por mí y a seguir las flechas amarillas.

Que aunque sea una versión muy nueva del Camino haberlas haylas…..


PRIMERA ETAPA SANT PERE DE RODES – LA CELLERA DE TER

KILOMETROS DIA : 99,96 KMS.
TIEMPO PARCIAL: 5:44:37 HORAS.
VELOCIDAD MEDIA: 17:40 KM/H
VELOCIDAD MAXIMA : 53,27 KM/H
KILOMETROS TOTAL: 99,96 KMS.
TIEMPO TOTAL: 5:44:37 HORAS.


Mis planes para iniciar el camino a etapas individuales aprovechando la cercanía de mi casa. Comienzan ya en esta primera etapa del camino.

El principal inconveniente que encuentro en este caso es el desplazamiento al inicio de la etapa y la vuelta a casa, ya que si voy con mi coche, luego tengo que volver sobre mis pasos (muchos kilómetros) para volver a recoger el coche. Evidentemente no lo puedo hacer con la bicicleta y alguien me debe llevar en coche.

En este caso gracias a mi amigo Jaume «alias Brocho» he montado una combinación que no podría haber salido más perfecta. Jaume trabaja de pintor y casualmente este día estaba en una obra de Figueres, a tan solo 20 minutos en coche de mi inicio del camino. Así de esa forma el plan ha sido que Jaume me acerque a Sant Pere de Rodes con mi propio coche y luego al finalizar su jornada laboral a la tarde me recoja en el final de etapa para volver a mi casa. Y así ha sido.

Hemos llegado a Sant Pere de Rodes a las 9 de la mañana, Jaume me ha dejado y ha marchado raudo y veloz a su trabajo. Así yo me he quedado solo junto al monasterio, en pleno cabo de Creus, con mi bici, mis alforjas de bicigrino, mi ilusión y un cosquilleo en el estómago que me insinuaba que algo grande estaba a punto de comenzar. Es mi cuarto camino y empieza en un lugar espectacular y maravilloso.

Desde la montaña donde está el monasterio hay unas maravillosas vistas del mediterráneo y de la población de el PORT DE LA SELVA. Es como digo, un sitio idílico para comenzar un camino.

Mientras abren la oficina de turismo que está ubicada dentro del monasterio (abren a las 10), tengo una hora para regalarme con las vistas y concentrarme en mis cosas. Dando una vuelta por la zona veo un hombre sentado en un muro, mirando espectante al infinito. Me acerco y le saludo.

«ES EL ANGEL DEL CAMINO DE MI PRIMERA ETAPA»

Resulta ser un señor francés que al verme con mi indumentaria bicigrina me pregunta qué hago en semejante sitio y con semejante pinta. Le contesto que voy a comenzar el camino y le tengo que explicar bien mi teoría de que el Camino también comienza allí. El señor francés ha realizado el camino y estamos un buen rato hablando de cosas del Camino y disfrutamos un buen rato de la compañía mutua y de algo que nos une «el camino de Santiago». Yo soy consciente de lo que estoy haciendo y de lo que el significa para mí en esos momentos, hablo con él y de tanto en tanto pienso «que suerte, es mi angel del camino «. La verdad es que disfruto muchísimo de su compañía.

Finalmente a las 10 de la mañana «en punto» con la típica puntualidad de los funcionarios llegan las chicas de la tienda y oficina de turismo que hay dentro del monasterio. Están intrigadas por mi presencia de esa guisa y en ese sitio exigiendo que me estampasen un «sello» en una cosa rara. Me dicen: «aqui no tenemos el sello del camino de Santiago » y yo les tengo que explicar que cualquier sello vale, que yo necesito el sello del monasterio y que de lo que se trata es de acreditar que estaba alli y en ese dia y a esa hora. Les cuento mi teoría del camino, les enseño la guía que llevo escrita en Catalan y que trata sobre el camino catalán. Les hablo de mis planes y les pongo sobre aviso de que vendrán más peregrinos y bicigrinos. De esta manera creo que en posteriores ocasiones estarán mas adiestradas para esos menesteres. Después de unas fotillos de rigor, me lanzo finalmente a dar las primeras pedaladas del camino.

¡Siento como una opresión en el pecho y una emoción extraña que me embriaga! Me emociono y tomo conciencia de que no es una simple excursión dominguera. ¡¡¡¡Estoy comenzando mi cuarto Camino!!!

Emocionado y euforico veo la primera flecha en el collado de la montaña que me dirige hacia arriba por unas rocas y yo como una cabra loca me lanzo a hacer empujing super-entusiasmado y ante la mirada intrigada de unos obreros de la construcción que están reformando una pequeña capilla. Me hago los primeros cortes en las piernas con unos matojos, cometo mi primera equivocación de camino, vuelvo sobre mis pasos y me lanzo por una pista que me entrega en muy poco contra la carretera.

En la bajada (preciosa) no dejo de encontrarme ciclistas que suben extenuados al monasterio. Contengo un eufórico «Buen camino», pues sin duda me tomarían por loco y ellos no estaban haciendo el camino. Me quedo con las ganas, je,je…

A media bajada encuentro unos dolmens funerarios y me lanzo a fotografiarlos.

Asi siempre en bajada llego a la base de la montaña , a Vilalluiga y atravieso el pueblo que a esas horas está muy poco frecuentado. Y ya a la entrada de una pista agrícola amplia y de buen firme encuentro la primera señal oficial del Camino catalán (puesta por el departamento de turismo de la Generalitat).

Llego a PERALADA dónde me doy una vuelta por el pueblo y llego a las puertas del famoso «casino», que está en un castillo rehabilitado. En el patio del castillo hay dos vigilantes de seguridad y un conserje que me miran con recelo y que cuando les pregunto: «¿tienen un sello?», me contestan con desgana: «no, aquí no tenemos sellosssss». Pues ala, que os den… pienso y me voy.

Me dirijo a la oficina de turismo y ya dentro encuentro a una chica muy simpática con un chavalote que tiene toda la pinta de ser su hijo. Quedan muy sorprendidos de verme haciendo el camino, con la equipación del bicigrino y con esas pintas. Me hacen un montón de preguntas y se enteran «por primera vez» de qué va el tema. Me ponen el sello y se les cae la baba cuando les enseño las credenciales de mis tres caminos con sus sellitos como ejemplo.

Salgo de Peralada y siempre por buen piso y en llano me dirijo a VILABERTRAN, donde para sorpresa mia encuentro un pueblecito muy bonito y con un monasterio precioso que a esas horas se encuentra plagado de niños que están haciendo una especie de encuentro juvenil. En la puerta de un patio enorme hay un rotulo que dice «BICICLETAS» y dentro hay cientos de bicicletas. Yo me quedo alucinado pensando ¿qué hacen tantas bicicletas aquí? Cuando entro en el monasterio el conserje (muy amable) queda también flipado por mi presencia y de mi bicigrinaje, me estampa el sello y me anima a visitar el monasterio, mientras él me vigilara la bici.

Me pierdo entre sus muros y siento momentos de gran recogimiento y regocijo paseándome por sus salas vacías y por un bonito claustro. Por momentos recuerdo algo parecido que me sobrecogió y me emocionó mucho en el monasterio de SOBRADO DOS MONXES en el camino del norte, «un lugar mágico donde los haya».

Al finalizar la visita salgo de VILABERTRAN y me voy a encontrar con la urbe de FIGUERES, donde ya puedo ver y comprobar que el criterio de los que han trazado el Camino para nada tienen en cuenta que pasarán bicigrinos por su trazado y es que me hacen atravesar toda la ciudad! Toda! En dirección contraria y prohibida. Sorteando coches y peatones. Además me parece absurdo que no hagan pasar el camino por sitios entre comillas «turisticos» y que permitan ver por ejemplo el famoso MUSEO DALÍ.

HASTA FIGUERES EL CAMINO ES BASTANTE DIFICIL DE SEGUIR Y A EXCEPCIÓN DE LAS SEÑALES OFICIALES DE LA GENERALITAT NO HAY PRACTICAMENTE FLECHAS, HAY MUCHOS CRUCES SIN SEÑALIZAR Y CUESTA MUCHO SEGUIR EL TRAZADO ENTRE UN SINFÍN DE PISTAS AGRICOLAS.

A PARTIR DE FIGUERES LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO DE GIRONA QUE HA SEÑALADO EL CAMINO DESDE EL COLL DE PAYISARS, EN LA JUNQUERA. LO TIENE MUY BIEN SEÑALIZADO Y HAY FLECHAS AMARILLAS POR DOQUIER.

Cuando finalmente salgo de FIGUERES siento un gran alivio y me alegro mucho de estar otra vez en el campo.

Así llego siempre por buenas pistas a BORRASA donde el calor ya me empieza a apretar y las provisiones de liquido isotónico que llevo en las alforjas empiezan a mermar.

En BORRASA, cojo una carreterilla y me adentro en un pueblecito muy tranquilo y encantador junto a un rio que se llama CREIXELL. Allí encuentro a un grupo de escolares recostados tranquilamente a una sombra y jugando en el agua del rio. Un poco más adelante ya empieza una zona boscosa y alguna que otra subidita para empezar a sudar de lo lindo.

Por campos de cereales y rodeado de balas de paja cilíndricas llego a PONTÓS, y de hay a BÀSCARA. Otro pueblecito empurdanés y con la que estaba cayendo «un calor sofocante» sin un alma por sus calles. Otra vez entro en unos bosquecillos preciosos, con sus sube y baja que me fustigan un poco más.

A la salida de una curva del camino y junto a un cruce de carretera me topo de bruces con una chica de esas que está sentada en una silla en la cuneta esperando clientes. Al pasar por su lado se me queda mirando con ojos angelicales y me dice sencillamente «hola» saludándome con la mano. A mí me impresiona mucho verla tan de cerca y comprobar su faceta humana. Es una sensación muy rara y especial, pero os juro que se ve muy diferente a esas chicas pasando con una bicicleta por su lado que no pasando con un coche a toda velocidad y intrigado por su físico y intenciones. Así de cerca ves a la persona y la verdad es que me impresionó mucho ver a un chica normal y corriente, alguien que seguramente tendrá también sus problemas y sus alegrías, como cualquiera y que me miraba con ojos de Ángel. Creo que en realidad era un ángel del Camino. Lo que pasa es que yo no me atreví a quedarme a conversar con ella. Me quedé con las ganas, os lo aseguro. Y me quedé también sorprendido de lo absurdo de la situación, si hubiera sido alguien considerado por mi subconsciente como «normal» me habría parado sin duda a charlar un rato.

De allí me dirigí al pueblo de ORRIOLS donde junto a un muro de una especie de escuela me paré a comerme una barrita de cereales mientras escuchaba detrás del muro el chapoteo del agua de una piscina acompañado de las risas de un grupo de niños. La verdad es que chorreando en sudor y achicharrado de calor no era algo muy agradable, ja, ja, etc…

El camino hace unos giros extraños por carreterillas y atraviesa la carretera general para meterse en un bosquecillo donde el camino ha sido cortado y el trazado original es imposible de seguir. Me tengo que salir a campo través a buscar la carretera porque no era posible avanzar por allí. Y ya por carretera pronto me quedo con la conciencia tranquila pues empiezo a ver «flechas amarillas». Así llego a VILADESENS y en este pueblo me regocijo haciendo fotos a uno girasoles preciosos.

De ahí a CERVIA DE TER, y como en FIGUERES, atravieso el pueblo en contra dirección y ya me acerco al rio Ter y a unas zonas de choperas donde el ambiente se me refresca un poco y ademas circulo entre grandes árboles de enormes troncos. En bosques que se me antojan encantadores a esas horas del medio día y en plena soledad.

Junto a un acequia y un sitio en sobra y tranquilo, paro para empaparme bien la cabeza en el agua de la acequia, tengo los sesos hirviendo!! Me como tranquilamente un bocadillo de jamón que llevaba en las alforjas, me sabe a gloria ese bocadillo en plena soledad, sentado en medio del campo y con el rumor del agua pasando veloz a mis espaldas…

Cuando retomo el camino me dirijo a MEDINYA y a ya una ciudad del extrarradio de Girona , SARRIA DE TER, que como no podía ser de otra forma (manda huev…) atravieso a trancas y barrancas en plena carrera de obstáculos y en CONTRA DIRECCIÓN… Accedo a GIRONA por una zona de fábricas de papel y ya toco el casco urbano de la capital junto a una zona que conozco bien «el hospital Josep Trueta» y pasando por detrás del hospital entro en un parque urbano junto al rio que me lleva por un sitio muy agradable a coger el BICICARRIL, más conocido como «carrilet», que es una via verde que une Olot con Girona y que será ya el trazado del camino para el resto de la etapa.

Cuando paso por BESCANÓ me salgo del recorrido y me voy a la fábrica donde me hacen las equipaciones del bicigrino, aparezco en las oficinas hecho una piltrafa, destrozado y sudoroso. Mi amiga Rosanna que es la comercial que normalmente me atiende me invita a una coca-cola que me entra como agua bendita, «y tan fresquita «… Como aún tenía algún espacio en las alforjas cargo unas equipaciones para mi amigo RAFAEL de Sevilla que está el hombre bastante desesperado, pues se va al Camino y hay que mandarle la ropa de urgencia para que le llegue a tiempo.

Cuando acabo las gestiones en la fábrica vuelvo al punto exacto donde abandoné el camino y retomo la etapa. Cuando llevaba unos metros me adelanta un ciclista y me dice «adios»! adios,…arggggggg!! adios! pero como se te ocurre. Me caliento, (es que soy de sangre caliente!!!!) meto la directa y le pego una pasada de la leche… Durante un buen trozo voy a tope y le siento jadeante a mis espaldas. El chaval también tiene su orgullo y no me deja irme así como así. Yo pienso: «ya, ya pero yo llevo alforjas y tú no…»).

Al rato me doy cuenta de que estoy haciendo el imbecíl y freno para dejarle ponerse a mi lado y sacarle conversación. Resulta que vive en ANGLÉS y es amigo de algunos amigos míos, resulta que es del club ciclista de ANGLES con los que algún día he hecho rutillas por su zona y hablamos de algunos de sus amigos que yo conozco personalmente, de Ferran, de Juanma, de la subida a Santa Barbara, de las butifarras en Sant Martí… y así nos presentamos en ANGLES, ciudad que conozco bien por ser el inicio de muchas de mis rutas domingueras preferidas.

A escasos kilómetros (tocándose) está LA CELLERA DE TER, voy allí por dos motivos, el principal es por qué allí vive mi amigo JUANMA, un bicigrino autentico y apasionado del camino que ha compartido muy buenos momentos conmigo, y el otro motivo es porque aunque tenia aún fuerzas para seguir, este pueblo es el ultimo pueblo con servicios y comodidades para en caso de necesitar alojamiento poder quedarse.

Después de LA CELLERA DE TER ya nos adentramos en la zona de los pantanos de SUSQUEDA y SAU y durante muchos kilómetros no hay pueblos.

Yo ahora soy consciente de que no hago los caminos solo para mí y que en mi caso al vivir cerca es fácil para mi volver a mi casa en coche a pasar la noche pero en un hipotético caso de alguien que en el futuro se estructure sus etapas siguiendo el criterio de lo que yo hago. Creo que tengo que seguir una lógica y LA CELLERA DE TER después de 100 kms de recorrido es ya un final de etapa necesario y recomendable. Por eso paro mi primera etapa allí y también por tomarme dos cervezas heladas con mi amigo JUANMA y compartir con él un buen rato.

Jaume llega con mi coche (como cronometrado) y cargamos la bici para volver a casa con la sensación de haber hecho una preciosa etapa del camino.

ULTREIA ET SUTSEIA…